Fecha: 28/03/2015
Km: 206,48km
Tiempo: 6:00 Horas
Dificultad: Fácil.
Salida: Ceuta
Llegada: Uezán
Circular: No
Mapa
He necesitado tres días para empezar asimilar el viaje a Marrucos, ha sido tan intenso que no he tenido tiempo ni de revisar las fotos hasta ahora. Todavía tengo los músculos doloridos del cansancio acumulado.
El primer día, a las 6:30 de la mañana tocó diana el despertador. Habíamos quedado en el ferry a las 7:15, todavía con la paliza de los kilómetros de bajada desde Cáceres a Algeciras. Todo fue bien, ningún imprevisto, cruzamos el estrecho y desayunamos en Ceuta, tras repostar y hacer las ultimas llamadas a casa nos lanzamos a la frontera. Es triste, pero Marruecos sigue igual, el mismo cachondeo de siempre con el tema de los "rellena documentos" que te abordan nada mas pisar su frontera, da una pésima sensación de recibimiento. Al menos esta vez los policías no nos han pedido "regalos". El papeleo fue bien, una vez que vieron que conocíamos los tramites nos dejaron en paz. Nuestro compañero de la TTR se curró el papeleo de todos los demás y en menos de una hora habíamos pasado la frontera. Decir a favor que la policía marroquí se portó genial y no nos falto una sonrisa en ningún momento.
Necesitas solo unos metros y la primera rotonda para darte cuenta que se ha iniciado la aventura. Los taxistas se apilan en la cuneta esperando a los turistas en sus famosos Mercedes vintage. Aunque la "avenida" hasta Tetuan genera la sensación de estar entrando en un país que evoluciona a pasos agigantados, se te pasa al ver a operarios sin ropa reflectaste barriendo la carretera con un cepillo de casa.
Tras varias paradas para cambiar dinero no conseguimos encontrar ningún banco abierto. Por lo que fuimos a una oficina de cambio donde nuestro compañero de la TTR descuido sus guantes de verano y los perdió. Se acordaría el resto del viaje ya que tuvo que ir con unos guantes de trabajo.
Con la cartera llena, nos dirigimos a las primeras pistas. Necesitamos aproximadamente 100 metros para tener el primer susto. Nuestro compañero de la TTR se metió en una rodera y se fue contra un cancho en el lateral de camino. Afortunadamente fue solo un susto aunque dejo la cúpula casera maltrecha y su cara con algún arañazo. La ocasión sirvió para probar los walkies, los cuales hicieron su función a la perfección.
Los caminos por los parajes del Rif son espectaculares, todo verde con el mar al fondo incluso con alguna montaña con nieve aun. Por lo general el trayecto no tiene vegetación arbórea aunque había un pequeño tramo que cruzaba un bosque. Los pueblecillos mimetizados con la montaña, perdidos, con sus gentes sentadas observando el paisaje durante horas hacen que te pares a pensar si los que viven equivocados son ellos o nosotros. Las niñas Lanzando flores a nuestro paso, los burros, los pastores de ganado, las mujeres cargadas con sacas de hierva.. en entorno espectacular, que mas se puede pedir.
Bajando llegas a un pequeño cañon con una carretera secundaria pero en buen estado que te permite ir disfrutando del entorno. A pocos kilometros vuelves a retomar la pista. Esta vez ya hasta chefchauen. El ultimo tramo va por un pista que están convirtiendo en carretera, aun en obras. Donde lógicamente compartes tramos con excavadoras, dumper, apisonadoras... Como curiosidad uno de los operarios nos señalaba piedras en medio de la pista, luego con un giro, señaló a lo alto de la montaña donde una escavadora al borde el precipicio dejaba caer más piedras. No creáis que había una solo señal en la obra ni que la maquinaria pesada parara a nuestro paso.
Llegados a Chauen, tras escuchar el típico "¿Quieres hachis?" que resuena en sus calles y comer, decidimos recortar un poco por carretera ya que se nos hacia de noche. Adelantamos aproximadamente 70 kilómetros hasta llegar a Uezán. Pasamos un sitio que me llamó la atención y que he buscado al llegar a casa, el "pont du loukkos" era la antigua frontera del Marruecos español, actualmente abandonado, pero no deja de ser curioso.
En Uezan encontramos un Camping/Hotel con casas inmensas, donde nos trataron genial. No tocamos ni a 150DH por cabeza con cena y desayuno, donde probamos sin duda las mejores tortitas. Internet lo compartía el hijo del dueño con su móvil.
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